Tarjetas revolving o de pago aplazado


Tarjetas revolving o de pago aplazado

Una tarjeta revolving  es una tarjeta de crédito que se denomina así porque todos los pagos se encuentran aplazados no tiene otra modalidad de pago y siempre se cobra un interés por esa financiación. Cuando los importes dispuestos se pagan vuelve a estar disponible en la cuantía correspondiente.

Son tarjetas de crédito en la que se ha elegido la modalidad de pago flexible. Te permiten devolver el crédito de forma aplazada mediante el pago de cuotas periódicas que varían en función de las cantidades dispuestas. Dentro de unos límites prefijados por tu banco, podrás fijar el importe de la cuota, pero sé consciente de que con cada cuota pagada el crédito disponible de la tarjeta se reconstituye, es decir, puedes volver a disponer del importe del capital que amortizas en cada cuota.

La tarjeta revolving presenta muchas similitudes con las tarjetas bancarias de crédito tradicionales, pero se diferencian en la forma en que se realiza el pago aplazado: mientras en las en las de crédito puedes elegir si satisfacer una parte o el total de lo adeudado, en las tarjetas revolving el importe adeudado se satisface a través del pago de una cuota mensual fija que el usuario puede modificar en cualquier momento, aunque suele tener porcentaje máximo y mínimo para la cuota mensual por lo que no se puede cancelar la deuda de una sola vez. Por ejemplo, la cuota que el cliente que se permite pagar al cliente puede estar entre el 3% y el 60% de los gastos de ese mes.

Una vez agotado el límite máximo el usuario puede volver a disponer del crédito a medida que va pagando las cuotas mensuales. Este tipo de tarjetas han sido criticadas desde ADICAE por encubrir préstamos personales con tipos de interés excesivos y por contribuir al endeudamiento excesivo de las familias por lo que recomiendan atender siempre a la TAE del contrato.

Normalmente no tienen cuota de emisión y pueden estar exentas de la cuota anual y de la comisión por indisponibilidad pero, sin embargo, pueden cobrar una comisión por cancelación anticipada si mantienes la tarjeta sin tener deuda, lo que también es motivo de crítica, una vez más, por incentivar el endeudamiento excesivo.

Las tarjetas revolving son tarjetas bancarias que nos permiten administrar un crédito al consumo. Es decir, con ellas podremos realizar compras y los pagos quedarán aplazados automáticamente para que los vayamos ingresando poco a poco en determinados plazos. Esta tarjeta presenta muchas similitudes con las tarjetas de crédito tradicionales, con la diferencia de que con estas últimas el cliente puede devolver todo el dinero solicitado al mes siguiente de su uso sin ningún tipo de interés. En cambio, con las tarjetas revolving todas las compras se aplazan automáticamente, de manera que se paga una cuota mensual regular o un porcentaje del dinero utilizado hasta saldar la deuda, incluyendo intereses y comisiones.

Así, una tarjeta revolving por un lado nos dará más flexibilidad en el caso de que se dé la circunstancia de que necesitemos algo más de tiempo para afrontar una compra, aunque es importante no demorar el pago de forma indefinida. Es decir, cuando echemos mano de este tipo de financiación debemos actuar como si se tratara de un préstamo o crédito personal, asegurándonos previamente de que estamos dotados de la capacidad financiera suficiente para hacer frente al pago de la deuda con comodidad.