Hipotecas a tipo fijo
Cuando el tipo de interés no varía durante todo el plazo hipotecario pactado. Las cuotas son constantes durante toda la vida del préstamo. Es una alternativa interesante si el tipo fijo pactado es lo suficientemente atractivo para vincularnos con el banco a décadas vista; al tener costes de subrogación muy altos (compensación por riesgo de tipo de interés que pueden suponer un 4% o más), hay que analizar detenidamente las condiciones antes de firmar.
Las cuotas no varían durante todo el periodo de duración de la hipoteca, son estables, no se ven afectadas por las subidas y bajadas del euríbor, que es el principal índice de referencia de las hipotecas. A cambio, el tipo de interés es más elevado y el plazo de amortización es más corto que en las hipotecas de interés variable. Las comisiones por amortización parcial y total también son más altas por lo que cancelar la hipoteca anticipadamente es más caro.
Varía en función de las fluctuaciones del euríbor, con lo cual la cuota a pagar subirá o bajará según lo haga el euríbor. El tipo de interés nominal (TIN) se calcula sumando el diferencial que aplica el banco más el valor del euríbor de ese mes, es decir, TIN = diferencial + euríbor.
Lo habitual es que se aplique el dato del euríbor del mes en el que se firma la hipoteca, y que cada seis meses se actualice el tipo de interés en función del euríbor. De este modo se paga la misma cuota durante seis meses, y pasado ese tiempo se vuelve a recalcular la cuota, pudiendo subir o bajar.